En 2016 tuve la suerte de ser una de las diez escritoras internacionales galardonadas con una beca de residencia en China, a través del prestigioso programa Shanghai Writing Program, otorgado por la Asociación de Escritores de Shanghái.
Nada más llegar, uno de los primeros eventos literarios tuvo lugar el día 2 de septiembre en el bello edificio de la Asociación de Escritores, en pleno distrito francés. Esa noche conocí al resto de escritores procedentes de muy distintas zonas del planeta, como Heidi North-Bailey, de Nueva Zelanda, Frode Z. Olsen, de Dinamarca, Anna Rubio, de Valencia, Ángela Pradelli, de Argentina, Edna Shemesh, de Israel, Jennifer Haigh y Lisa Teasley, de Estados Unidos, Malgorzata Budzynska, de Polonia, y Ekaterina Yakovleva, de Rusia.
Es ese primer evento de bienvenida, todos nosotros hicimos una breve presentación introductoria ante el público asistente, en su gran mayoría escritores chinos y demás personas relacionadas con el mundo de la literatura. Por citar un ejemplo, Wang Anyi, escritora china y presidenta de la Shanghái Writers' Association. Muchas novelas de Anyi han sido traducidas en occidente, por lo menos cuatro de ellas podemos encontrarlas en español. Para mí fue un verdadero honor conocerla esa noche y compartir mesa con ella, ambas charlamos sobre literatura, autores y otros temas relacionados con la escritura. Más tarde pronunció un discurso sobre el programa, que este año llegaba a su novena edición.
También se dedicó un apartado al cine basado en libros, y asistimos al estreno de la película Young Babylon, del escritor chino Lu Nei.
Una noche hermosa, lluviosa de camino al apartamento. Aunque la gran cantidad de lluvia no era lo más asombroso, sino estar viviendo en una de las ciudades más grandes, pobladas e iluminadas del mundo.