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Página creada el 01-12-2016. Actualizada el 14-02-2017
El 14 de septiembre de 2016, los escritores internacionales galardonados con una beca de residencia en China por la Asociación de Escritores de Shanghái visitamos la Universidad de Fudan.
Algunos eventos que tienen lugar por la tarde, disponen previamente de alguna sala para cenar. Allí, a una hora temprana nos sentábamos a la mesa y de nuevo empezaba el trajín de platos, colores, texturas y sabores orientales muy bien presentados. De cuando en cuando en China da la impresión que uno ha terminado, aunque nunca se sabe cuándo terminan de servir bandejas, es más, la fruta la sirven a menudo como un entrante. Sin embargo, algunos de nosotros a los quince días de estar allí empezamos a entender algunas de las costumbres de China e incluso nos adaptábamos con los palillos y las bebidas calientes como el té de crisantemo que suele servirse en las comidas.
Muchos de nosotros, por esos días, habíamos quedado ya en algún momento para pasear tranquilamente por la ciudad, aunque a decir verdad el tránsito de motocicletas y bicicletas es bastante imprevisible y desorganizado para los ojos del turista occidental. Aparte de esta mera anotación, muchos de nosotros habíamos quedado para tomar algo o incluso adentrarnos en el maravilloso mundo de la medicina china y probar algún masaje de manos de profesionales ciegos.
No obstante, el día a día era solitario, entrábamos y salíamos del apartamento, pasábamos días escribiendo y, a veces, era en estos eventos programados cuando nos reencontrábamos y, por lo que cada uno explicaba, daba pistas del tipo de obra que escribía. Y, en definitiva, ello era lo interesante de esa mezcla de occidentales en un país oriental como China.
La mesa redonda con los autores en la Universidad de Fudan nos reunía de nuevo con la prestigiosa escritora china Wang Anyi, además de profesora de literatura. Aunque el acto estaba sobre todo orientado a profesores y alumnos de literatura que, después de nuestras introducciones pertinentes, preguntaron en varias ocasiones por mi obra, y si podía darles algún consejo a aquellos que empezaban en el casi siempre dificultoso mundo de la escritura.